El propósito de Panchakarma es eliminar ‘ama’ (toxinas), es decir purificarnos, desintoxicarnos y limpiarnos, no sólo toxinas físicas que se esconden en nuestro cuerpo, sino también limpiar nuestra mente y nuestras emociones, ya que según el Ayurveda el principal beneficio es energético y mental, ayudando a regular también nuestro estado emocional.
Este tratamiento de purificación del Ayurveda. Consiste en cinco (‘pancha’) acciones de limpieza (‘karma’). Los cinco procesos básicos son: el vómito, los purgantes o los laxantes, los enemas medicinales, la administración nasal de medicamentos y la purificación de la sangre, cuyos nombres en sánscrito son:
La verdad es que algunas limpiezas suenan muchísimo peor de lo que en realidad son. Vamos a explicar cada una de ellas. Importante recordar, que estas técnicas deben ser practicadas por prescripción y bajo supervisión de un especialista:
Cuando existe una congestión en los pulmones que causa bronquitis. Tos, catarro o asma, el tratamiento ayurvédico que se utiliza es el vómito terapéutico (Vaman) para eliminar el exceso de kapha que causa las mucosidades. El vómito terapéutico también es indicado para enfermedades de la piel, asma crónico, diabetes, catarro crónico, obstrucción linfática, indigestión crónica, edema (Hinchazón), epilepsia (El vómito debe hacerse entre los ataques), problemas crónicos de los senos paranasales y ataques frecuentes de anginas.
Primero se toman tres o cuatro vasos de leche de té de orozuz o de raíz de cálamo. Después se frota la parte posterior de la lengua para provocar el vómito, lo que también liberará algunas emociones. Otra alternativa es que en la mañana, antes de cepillarse los dientes, se tomen dos vasos de agua con sal, lo que agravará a kapha. Después se debe inducir al vómito. Una vez expulsada la mucosidad, el paciente sentirá alivio inmediato. La congestión, la sofocación y la falta de aire desaparecerán, y los senos paranasales se aclararán.
Como resultado de secreción y acumulación excesiva de bilis en la vesícula biliar, hígado e intestinos, se producen inflamaciones de la piel, erupciones cutáneas alérgicas, como acné o dermatitis, fiebre crónica, ascitis, vómito biliar o ictericia. El tratamiento ayurvédico para estas afecciones es la administración de purgantes o laxantes (Virechan). Para este propósito se pueden usar varias hierbas. Por ejemplo, la infusión de las hojas de sen es un laxante suave, pero también puede causar mucho dolor a personas de constitución vata, pues agrava los movimientos peristálticos del intestino grueso. Un laxante efectivo para constituciones vata y pitta es un vaso de leche caliente, al que se añaden dos cucharaditas de ghee. Este laxante se toma antes de acostarse. Ayudará a aliviar desórdenes causados por exceso de pitta, como demasiada bilis en el cuerpo. De hecho, los purgantes pueden curar completamente el exceso de pitta.
Es importante checar la dieta, al usar purgantes. El paciente que no ingiere alimentos, puede verse agravado por un desequilibrio en la dieta alimenticia.
Los purgantes no deben darse a personas con agni bajo, puede causar fiebre, diarrea, estreñimiento o sangrado del recto o cavidades pulmonares. No debe ser administrado cuando hay un tumor externo en el estómago, después de un enema o en casos de enflaquecimiento, debilidad o prolapso rectal.
El tratamiento ayurvédico con enemas (Basti), incluye la introducción por la vía anal de sustancias medicinales como aceite de ajonjolí, aceite de raíz de cálamo o decocciones de hierbas.
Los edemas medicinales son un tratamiento completo para curar desórdenes de vata. Alivian el estreñimiento, distensión abdominal, fiebre crónica, resfriados comunes, desórdenes sexuales, piedras en los riñones, vómito, dolor de espalda y cuello e hiperacidez. Muchos problemas causados por vata como la ciática, la artritis, el reumatismo y la gota también se tratan con enemas. Vata es un principio muy activo en la patogénesis, y por lo menos existen ochenta enfermedades relacionadas con ella, es un tratamiento completo para un gran porcentaje de estas enfermedades.
Los enemas medicinales no se deben administrar si el paciente sufre de diarrea, o si sangra por el recto. No se deben administra enemas de aceite a personas con indigestión crónica, tos, sofocación, diarrea, diabetes o anemia severa; tampoco a personas de edad avanzada o a niños menores de siete años.
La administración nasal de medicamentos se llama nasya. El exceso de doshas acumuladas en la garganta, nariz, senos paranasales o cabeza, se elimina por medio del orificio más cercano. La nariz es la puerta al cerebro y a la conciencia. La energía de la vida o prana entra al cuerpo a través de la respiración nasal. Prana mantiene las funciones sensoriales y motoras. La administración nasal de medicamentos ayuda a la corrección de desórdenes de prana que afectan las funciones cerebrales, sensoriales y motoras.
La administración nasal está indicada para la resequedad de la nariz, congestión de senos paranasales, ronquera, migraña, convulsiones y ciertos problemas de ojos y oídos. En general, la medicina nasal no debe administrarse después de bañarse, comer, tener relaciones sexuales o beber alcohol; tampoco debe aplicarse durante el embarazo o menstruación. La respiración también se puede mejorar a través del masaje nasal: se unta con ghee el dedo meñique y se introduce en la nariz. Se deben masajear lentamente las paredes de la nariz. Este tratamiento ayudará a liberar las emociones acumuladas en este lugar.
Las toxinas que se absorben por el torrente sanguíneo a través del sistema digestivo, circulan por el cuerpo. Se pueden manifestar creando enfermedades, debajo de la piel o en las articulaciones. En estos casos, es necesaria la eliminación de toxinas y la purificación de la sangre.
La sangría es lo más indicado para ataques frecuentes de enfermedades de la piel, para casos de hepatomegalia, esplenomegalia y para la gota.
Pitta se manifiesta en los desechos de la sangre; por lo tanto, en muchos desórdenes de pitta, como erupciones y acné, las toxinas circulan en ella. Para aliviar muchas enfermedades de este tipo, se extrae una pequeña cantidad de sangre de las venas, lo que también ayuda a aliviar la tensión creada por estas toxinas.
La sangría también estimula la producción de sustancias anti-tóxicas de la sangre, que ayudan a fortalecer el mecanismo inmunológico. De esta forma, las toxinas se neutralizan permitiendo la cura radical de enfermedades relacionadas con la sangre y los huesos.
La sangría está contraindicada en casos de anemia, edema y debilidad. Este tratamiento no se recomienda para niños y personas de edad mayor.
El exceso de azúcar, sal y yogurt y ciertos alimentos agrios es tóxico para la sangre. En ciertas enfermedades sanguíneas, se debe evitar el consumo de estas sustancias para mantener la sangre pura.
La infusión de raíz de lampazo (Artium lappa) es el mejor purificador de la sangre. Otras hierbas que ayudan a purificar la sangre son: azafrán, polvo de sándalo, cúrcuma y raíz de cálamo (Acorus calamus). El jugo de granada roja, el de naranja y la raíz de espárrago también ayudan en este tipo de enfermedades. Estas sustancias se pueden tomar después de la sangría.
El proceso de paliación (Shamana), que se describe a continuación, es el tratamiento para eliminar toxinas más serias.
La paliación consiste en neutralizar las toxinas encendiendo el agni y estimulando la digestión a través del ayuno. Las toxinas también se pueden neutralizar a través del uso interno de hierbas calientes y picantes como el jengibre y la pimienta negra. El hambre y la sed, el ejercicio, los baños de sol y el aire fresco, son otros medios de neutralizar las toxinas.