Primero de todo, quiero comenzar con un esquema/resumen del ciclo menstrual femenino de una forma muy simple, sin entrar en los tres tipos de hormonas femeninas producidas en 3 lugares diferentes de nuestro organismo…sino algo simple y claro. El ciclo menstrual, puede observarse desde dos vertientes: el ciclo ovárico y el ciclo uterino. Veamos cada una de ellas a lo largo de los 28 días de duración del ciclo menstrual:
Del día 1 al 15:
Ciclo Ovárico: nos encontramos en la llamada fase folicular, que comprende desde el primer día de regla hasta la ovulación. En este periodo los niveles de estrógenos aumentan.
Ciclo Uterino: lo dividimos en dos fases:
Día 15:
Fase Ovulatoria: el óvulo es liberado en el ovario. El nivel de estrógenos se encuentra en su punto máximo.
Del día 15 al 28:
Ciclo Ovárico: se produce la fase lútea, en la que el cuerpo se prepara para un posible embarazo. Los niveles de progesterona se incrementan. Si en esta fase la progesterona no incrementa lo suficiente se produce una descompensación en los estrógenos que es lo que nos lleva a los dolores pre-menstruales.
Ciclo Uterino: entramos en la fase secretora, donde el recubrimiento del útero comienza a secretar sustancias para preparar el útero para el posible feto. En el caso de no existir embarazo el recubrimiento se desprende.
Tal y como hemos visto a lo largo del ciclo menstrual se producen variaciones hormonales que van a influir en nuestro metabolismo en general, así como en el estado de ánimo y la apetencia o “antojo” por determinadas comidas.
Hoy, os quiero contar y resumir qué ocurre a nivel metabólico en cada una de estas fases y cuáles serían las pautas de alimentación y estilo de vida: